La terapia humanista
En mi consulta trabajo desde el enfoque de la terapia humanista.
La Psicología Humanista nace en Estados Unidos a finales de los años 50 del siglo XX, de la mano de Carl Rogers y Abraham Maslow. A diferencia de otros enfoques psicológicos, el objetivo de la misma ya no es solamente el cambio de conducta, como ocurre con la línea cognitivo-conductual, ni la cura clínica como el caso del psicoanálisis, sino ayudar a las personas a desarrollar todo su potencial humano, a alcanzar la autorrealización y coloca a la persona y su experiencia en el centro de interés.
La psicología humanista es una Terapia en Acción que se interesa por las relaciones humanas, por el nivel de comunicación, los sentimientos y las emociones, la creatividad, la consecución de las necesidades básicas y la realización de los más altos valores del ser humano.
La tarea principal del terapeuta es entender el mundo particular y el yo subjetivo de su cliente y a partir de ahí ayudarle a resolver sus problemas y a vivir la vida que desea. Somos sujetos con experiencias y a partir de ellas construímos nuestro mundo. La terapia humanista pone el énfasis en la libertad individual y la capacidad de elegir cómo nos sentimos frente a lo vivido.
“La vida no es lo que te pasa,
sino lo que tú haces con lo que te pasa”
Dentro de esta corriente humanista se engloban entre otros enfoques, la Terapia Gestalt, la Terapia Sistémica Familiar conocida como Constelaciones Familiares y la PNL Programación Neurolingüística y son las herramientas que yo utilizo en la sesión terapéutica.
¿Para qué sirve la terapia?
- Para aprender a manejar tus emociones.
- Para superar estados depresivos o si sientes tristeza demasiado a menudo.
- Para superar tus dificultades personales relacionadas con el carácter, la timidez, la inseguridad, los miedos o las fobias y adquirir habilidades sociales.
- Para descubrir de dónde nace tu ansiedad y tu estrés.
- Para disolver tensiones y expresarte de forma más auténtica.
- Para ayudarte a superar la pérdida de un ser querido por separción o muerte.
- Para conseguir el equilibrio interior que a veces parece haberse perdido.
- Para ampliar tus posibilidades como persona y encontrar maneras más satisfactorias de estar y de vivir.
- Para encontrar tu sitio en tu trabajo y que las relaciones laborales fluyan.
- En definitiva, para tomar conciencia de ti mismo y hacerte cargo de tu propia vida.
¿Cuándo acudir a una terapia?
- Cuando quieras buscar soluciones diferentes a las dificultades de siempre.
- Cuando quieras ampliar tu mirada y adquirir nuevos puntos de vista.
- Cuando necesites un apoyo para alcanzar tus metas personales.
- Simplemente, cuando sientas que es el momento adecuado para hacerlo.
